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sábado, 6 de abril de 2024

24-04-06 Seguiremos creciendo

Los trabajos de hoy se centran en mejorar el acceso a la Galería de Lasso, así como en realizar la poligonal de las galerías que comunican la Torca Sin Humo con la Galería Lasso de la Torca de Maxou Pichu. 
En la última entrada, se realizó la instalación completa de las galerías que comunican la Torca Sin Humo con la Galería de Lasso, pero en la salida nos dimos cuenta de varios puntos en los que la modificación de la instalación podría ser de gran ayuda. Por otro lado, el escaso material con el que contabamos hizo que se quedaran sin instalar dos destrepes bastante comprometidos en los cuales una cuerda puede ayudar mucho, sobre todo cuando se vuelve cansado de explorar.
Comienza el día con tranquilidad, las 4:00 que marcaba el reloj cuando Kary y Pedrito llegaron a Bustablado no permitía que la jornada empezase temprano, así que sobre las 11:00 comenzamos a andar y alrededor de las 12:00 estábamos listos para entrar.
Nos dividimos en dos grupos: Pascu y Pedrito toman la delantera y van adecentando el camino y realizando alguna instalación pendiente, mientras Kary y Cámara vamos realizando una poligonal bastante incómoda debido a las estrecheces de esta zona de la cueva. Se instalan un par de resaltes, se cierra una incógnita pendiente y se instalan una serie de pasamanos de acceso al P.30 y una nueva cabecera para facilitar la salida de este. Finalmente, nos juntamos los 4 integrantes del grupo para mover una serie de bloques que dificultaban el paso por una serie de gateras y que sobre todo evitará que en futuras exploraciones las correas de las sacas vayan enganchándose continuamente.
Trabajo terminado y con la hora ya encima, decidimos darnos la vuelta dejando únicamente por instalar un último resalte que nos dará acceso a una serie de incógnitas que esperemos nos ayuden a seguir haciendo crecer este maravilloso sistema.

Participantes: Pascu, Pedrito, Kary y Cámara
Texto: Cámara
Fotos: Camara

lunes, 1 de abril de 2024

24-04-01 Salida de prospección a la Garma Blanca. Mirones

Se deja el coche a las 10:45 al sur de la Garma Blanca, en la pista próxima a esta que asciende desde el barrio de Rebollar/ La Vega, en el municipio de Mirones. Desde allí se van siguiendo senderos marcados por el ganado hasta alcanzar la parte más alta.
El objetivo del día es localizar las bocas de las cuevas ya documentadas, 904, 905 y 906 e intentar localizar nuevas posibilidades que hayan podido pasar inadvertidas. 
Con ayuda del GPS del móvil y la app IGN, se localiza la primera de ellas, 904, las coordenadas son correctas y se toman varias fotos de la boca y del entorno de la cavidad. No se llega a acceder al interior misma.
Se prosigue la prospección buscando la 905 y 906. Sin embargo, a pesar de contar con las coordenadas, no se llega a localizar ninguna de las dos. Si se documenta, cerca de la 905 un tubo estrecho que desciende vertical, del que se toman coordenadas y fotos.
Vuelta al coche a las 15:30.

Participantes: Cristina Serrano
Textos: Cristina Serrano
Fotos: Cristina Serrano

sábado, 30 de marzo de 2024

24-03-30 HORMIGAS A REMOJO

Dormimos y amanecimos en un lugar idílico, con unas vistas de un nevado Peña Rocías que se quedan en la retina. Es cierto que las condiciones para que se den estas vistas no suelen ser veraniegas, así que toca mirar la meteo y ver la mejor hora para aproximarnos a nuestro destino, la torca de Hormigas. 
Alboroto, Cristian y Cámara llegamos al repetidor de Bustablado y la meteo no siempre es fiable, por lo que nos toca esperar media horita en el coche a la espera de una ansiada ventana de buen tiempo que finalmente llega. Nos ponemos los petates y empieza la carrera, hay que aprovechar este claro que nos respeta casi en toda la aproximación y que nos permite entrar prácticamente secos a la cueva.
Aún no eramos conscientes de que esto poco tiempo iba a durar y poco mas allá del tercer rápel ya estábamos escuchando el agua que nos iba a duchar durante prácticamente el resto del descenso.
Todos somos un poco gatos en este sentido y el descenso fue digno de crono, sobre todo de un Alboroto, que si va mas rápido, cambia el rapelador de fraccionamiento sin abrirlo. En algo menos de una hora estábamos en la base de los pozos y muy cercanos a la escalada que nos dirigiría al pozo en el cuál centraríamos los trabajos de esta exploración.
Gracias al trabajo de topo, se sabía que este era un posible punto de conexión con una zona de la cercana cueva de Aitken, al cual se podría acceder en un futuro, ahorrando muchas horas y penurias para ello.
Empapados hasta los huesos comienza el trabajo de instalación, Cristian que iba el primero, y tenia el taladro, comienza con la cabecera. 
Mientras tanto Alboroto y Cámara nos dedicamos a movernos y soltar unas cuantas tonterías, para no perder ni el calor, ni la motivación que nos hace seguir siendo felices en estos hostiles pero increíbles lugares. Tras la instalación de la cabecera, Cristian comienza el descenso por el estrecho tubo y un desviador y unos pocos metros de cuerda después, esta en la base del pozo, una lástima, pero se cierra en un cúmulo de bloques y barro completamente infranqueable. A continuación baja Alboroto para realizar la correspondiente topografía del lugar y Cámara desde arriba lanza los respectivos puntos de topo, no hay ninguna necesidad de que baje, pero el frio ya lo convierte en una, así que desciende el pozo, observa un poco que realmente está todo colmatado y ya esta subiendo de nuevo. Tras desinstalar el pozo decidimos, que sin material para poder continuar con la escalada y con la empapada que llevábamos todos, lo mejor era volver a la superficie y volver en otro momento. Comemos, cogemos unas pocas fuerzas en la base de los pozos y comenzamos con el ascenso. Dicen que si imaginas lo peor, lo malo no es tan malo, y este fue uno de esos casos. Con el agua que caía en la entrada y la previsión que había de lluvias durante el día, se preveía una ducha importante, pero en realidad y a pesar de mojarnos de lo lindo, lo cierto es que en realidad caía menos cantidad de agua que al entrar y al salir nos esperaba un día con nubes pero sin lluvia.

Pateo de vuelta entre risas y patinazos, nos quitamos el traje de lodo y directos a hidratarnos y llenar un poco el depósito en Bustablado finalizando otra de esas actividades que quedan para el recuerdo.

Participantes: Alboroto, Cristian y cámara
Textos: Cámara
Fotos: Camara

jueves, 28 de marzo de 2024

24-03-28 ¿Calabaza o Calabuzos?.

Jueves 28 de Marzo
Tres madrileñ@s, un motrileño, un sevillano y un burgalés...
Podría ser el principio de un chiste y más o menos así empezó, todo eran risas con la lluvia: yo esto no lo veo, por ahí viene la ventana de buen tiempo, vete sacando la piragua,…
Kary, Pedrito, Elena y Cámara llegamos a la Venta de la Laja bajo un aguacero que casi no dejaba ni ver la carretera, poco después llegaron David y Jose para completar el que sería el equipo de trabajo de esta campaña de Semana Santa. Aquí comimos e hicimos un poco de tiempo esperando que llegara una supuesta ventana de buen tiempo que nunca llego en su totalidad pero que si nos dio un pequeño respiro para realizar la aproximación.
Dejamos el único coche con permiso en el Alto de los Pilones y arrancamos dirección a la boca de la Sima Calabaza, una sima que no conocía, pero de la que había oído hablar y a la que como poco se puede considerar exigente.
Justo en la boca el agua da un pequeño respiro y nos permite cambiarnos sin mojarnos demasiado, aunque esto de poco iba a servir.
Comenzamos la incursión y David, el más conocedor de esta sima, ya da el primer aviso, “estos goteos en la entrada no los había visto así en la vida”. Estas palabras reflejarían a la perfección lo que iba a ser el descenso a lo largo de la sima; goteos, chorreos, pequeños ríos que se van formando a nuestros pies, primeros pozos regados, y 2-3 rápeles antes del paritorio directamente había cascadas. 
Llegados a este punto comienza la reflexión y finalmente decidimos que ante la imposibilidad de realizar los trabajos planteados y la peligrosidad de una subida de caudal que nos impida la salida días más tarde, decidimos darnos la vuelta y volver a la superficie. En este momento cambiamos de actividad y nos centramos en la nueva modalidad de “Ascenso de Barrancos”, una técnica de la que nos reíamos durante la comida pero que se cumplió a la perfección. Tras unas buenas duchas, tanto en la salida como en la vuelta al coche, dejamos los equipos tan limpios como empapados y milagrosamente un grupo de Madrid nos cedió parte de su bungalow para poder cambiarnos, entrar en calor, cenar y pasar la noche. Viendo la previsión de lluvias decidimos cambiar los planes que teníamos y decidimos acercarnos a La Linea donde unos compañeros del Club Escarpe nos abrieron las puertas de su ciudad y su club para terminar la campaña de exploración en la que mejor hemos comido con diferencia.
Calabaza, ten por seguro que volveremos.
Participantes: David, José, Kary, Pedrito, Elena y Cámara 
Texto: Cámara
Fotos: David 

sábado, 23 de marzo de 2024

CONEXION!!!!! 205KM Bonus Track

Bustablado: esa pequeña población de Cantabria que es ya parte de mí historia personal, pero también es parte de una historia más grande. 
A una hora que es preferible no nombrar, porque es sábado, y en un sábado la gente descansa. Un ladrido lejano de algún perro que trata de guardar el sueño de sus dueños, sin percatarse de que la paradoja de la vida le lleva a molestarles con ese mismo ladrido que trata de protegerles. A esa misma hora alguien ha comenzado ya a caminar camino arriba, a uno de esos lugares a los que ni los montañeses de la zona quieren ir. 
Abajo, en el valle, la oscuridad, apenas rota por esa constelación de luces que guardan a las personas de sus fantasmas, recuerdan al caminante la tibieza que la mayoría de los humanos guardan aún bajo las mantas. La gente aun tardará algunas horas en abandonar sus sueños. 
Pero la oscuridad es precisamente lo que busca. Y es que en la profunda oscuridad de una sima esperan sus compañeros a que él llegue para, una vez más, tratar de hacer realidad un sueño. 
Una ultima mirada a la clara del alba que, tímida, comienza a dejarse ver tras las Peñas Rocías. Porque quien indaga las entrañas de la tierra sabe cuando entra, mas no cuando vuelve a ver la luz. Pero, a diferencia del resto de la gente, le gusta la oscuridad, le gusta el silencio. Sabe que la vida sin luz es más difícil, pero así aprende a mirar en su interior en lugar de centrarse en su aspecto. 
Para empezar, hay que centrarse, serenarse. Reconciliarse con los fantasmas del presente y del pasado. Porque un espeleólogo tiene miedo, como cualquiera. Y eso es bueno, porque demuestra que no hay locura, sino pasión. Por eso se conciencia y analiza la situación mientras baja por ese hilo que sostiene su vida en el transcurso de el camino vertical que, durante unos cientos de metros le lleva allí donde se fabrican los miedos de aquellos humanos que desconocen el interior de su mundo.
Revisar los anclajes, comprobar las cuerdas y sus nudos…atento a las piedras sueltas que puedan caer. Disfrutar del silencio y también, por un momento de la soledad, dos tesoros exiliados de la sociedad en la que vivimos. Uno se pregunta como puede vivir la gente sin poder escucharse a uno mismo. 
Al llegar al final de los pozos, donde ya pude caminarse con los pies como cualquier otro humano, tras unas galerías, alguna que otra trepada y gran variedad de movimientos, se abre una sala de dimensiones que solo los que han bajado allí serán capaces de contemplar gracias a la ayuda de la luz del frontal que hace de último enlace con la vida que lleva en el exterior. 
Un pequeño descanso; respirar unos segundos. Recuerdos, sensaciones… 
Hoy se respira algo especial en el ambiente. Quizá sea el día. 
A lo lejos se oyen voces, huele a café. Ya esta cerca el vivac donde esperan los compañeros para completar el equipo que trata de desvelar los más íntimos secretos de Aitken, que es como se llama la cueva. 
A esta hora, las 9:30 de la mañana según el reloj, ese aparato que rige toda actividad en nuestras vidas, un grupo más numeroso camina dejando tras de sí la estela de jaleo que lleva consigo su juventud. También ellos forman parte de este equipo que trata de encontrar el tesoro que esconde el enorme sistema del Alto del Tejuelo, algo insustancial para el resto del mundo. Y mientras bajan también al mundo sin luz, por otra cueva distinta, a la que hace ya muchos años alguien puso el nombre de Hormigas, se abre el canal por el que llegan los desvelos de aquellos que quedan fuera pendientes de los que están dentro. Son estos últimos los que tienden esa otra cuerda invisible que sostiene las vidas de los que hoy, como tantas otras veces, han decidido convertirse en exploradores y aventureros. Porque sin los que quedan al otro lado no podría ser un equipo completo y nada tendría sentido. 
Galerías de dimensiones inimaginables, trepar, arrastrarse por pasos estrechos, valorar los riesgos… 
Una vez en las zonas conocidas empieza la danza. Cada cual escoge su misión porque entre todos somos parte de un mismo cuerpo. Aquí no hay héroes, solo el objetivo importa. Pero algunos, en especial, y aunque no necesiten que sus nombres sean famosos, son el alma que mueve este cuerpo. Un alma que ha dejado ya 40 años de su vida en explorar y descubrir lo que quizá algún día sea reconocido por su importancia. 
Así que, como astronautas, se lanzan a lo desconocido en busca de sus compañeros que, desde el otro lado, tratan de encontrarse con ellos a través de esas zonas por las que jamás ha pisado ser humano alguno. Los grupos asaltan entonces las zonas que quedaron marcadas en el plano con un simple signo de interrogación. La motivación es más fuerte que la fatiga y el esfuerzo. 
Ambos equipos golpean con martillos y pitan con silbatos a la hora señalada con la esperanza de ser oídos por esa otra parte con la que desean unirse. Buscan por aquí, por allá. Pisan con esa sensación, mitad lastima por profanar lo que nunca ha sido pisado, mitad absurdo orgullo por ser los primeros, buscando cualquier indicio de una continuación. Se escala y se fuerzan pasos estrechos en busca de aquello que queda oculto al haz de luz que guía su camino. 
De pronto…no puede ser. O sí: se oyen voces a lo lejos. Un martillo golpea en algún sitio no demasiado lejos. Alguien mira una fractura que pasó desapercibida un rato antes y nota una corriente de aire significativa en la cara. Aire que trae voces, que trae ilusión y esperanza. Quizá si que es el día. 
Las voces se hacen más audibles a cada momento. Más y más hasta que ya no cabe duda. Pueden verse unos a otros a través de la grieta y el sentimiento es indescriptible. Volvemos a ser uno. Hemos conectado la Cueva de Hormigas con Aitken. Al fin son lo que siempre supimos que eran, partes de un gran sistema de cuevas que ha crecido ya hasta tener 205 kilómetros. 
Ahora solo queda romper ese trocito de pared que nos impide abrazarnos, después retirar ese bloque de piedra que tapona el estrecho hueco por que nos separa del contacto físico que en este momento tanto anhelamos. Un poco más, ya casi podemos tocarnos. 
Finalmente, el abrazo, que es el verdadero objetivo de nuestra aventura, pero también la nostalgia por no poder compartirlo con aquellos que, en silencio, nos apoyan desde fuera sin reproches. Aquellos que siempre guardan su mejor sonrisa para el reencuentro. 
A ellos debemos dedicarles nuestros logros. 
A Pili, Mercedes, Judit, Jordi, Antonio, Arturo y África, Fredo, Adolfo. También a nuestros hijos. 
Pero en especial, a todos y todas los que durante tantos años se han sacrificado por abrirnos las puertas que hoy nos han ayudado a seguir este camino. Y aunque ellos lo han hecho en silencio y sin necesidad de dar a conocer sus nombres, yo se lo agradezco con el corazón. 
Miguel Angel, Mercedes, Jordi, Antonio, koen, Dirk, Oswald, Pit y muchos otros. 
Gracias por ser nuestra inspiración.

LAGAR

CONEXION!!!!! 205KM 1 de 2

Para muchos de nosotros esta iba a ser la primera entrada en cueva de este nuevo año, para algún otro la vuelta a ellas después de mucho tiempo y ganas, y la verdad es que tanto el equipo, como el día que nos recibió, no podían ser mejores. Varios de nosotros (Albo, Gorka, Gabri, Cristian, Pascu, Sancha, y Cámara) arrancamos con el Vehículo Lunar y el Todoterreno Indestructible dirección al repetidor de Bustablado , donde poco después nos reuniremos con Miguel y Carlinguis, junto a los cuales nos encaminamos dirección a la boca de hormigas.


Decir juntos no sería del todo correcto ya que lo de Carlinguis es de otro nivel, tenía tantas ganas de conseguir la conexión, que casi casi sale por Aitken antes de que los demás entrásemos por hormigas.
Una vez en la boca y ya vestidos de romanos comienza la incursión, y como buenas hormiguitas vamos descendiendo poco a poco por esta increíble red de pozos, que yo personalmente desconocía y que me sorprendió tanto por sus pozos e incluso puentes, como por su abrumadora belleza.
Poco menos de una hora después ya estábamos todos en la base de los pozos y era hora de dividir equipos para intentar ese tan esperado encuentro con los compañeros belgas que se encontraban en la cueva de Aitken desde unos días antes, los cuales también habían salido ya en nuestra busca desde su respectiva zona de la cueva.
Por un lado el equipo formado por Miguel, Carlinguis, Gorka, Albo y Gabri se dirigieron en dirección a las “Galerías Desmán” y posteriormente nos contarán sus seguro más que interesantes vivencias en este día tan especial para todos, pero sobre todo para algunos de ellos en concreto.
Por otro lado el grupo formado por Pascu, Sancha, Cristian y Cámara nos dirigimos hacia una escalada con incógnita, situada muy cercana a la “Gran Sala”, y con el Timming realizado por Dirk en el que detalladamente se explicaba el proceso y horarios a seguir en los distintos posibles puntos de conexión comenzamos nuestra labor.
En un inicio la linea a seguir se veía bastante clara y tras un pequeño intercambio de opiniones Pascu ya estaba cargado de hierros y herramientas varias, mientras Cámara ya tenia todo preparado para asegurar a su compañero. La linea seguía siendo clara, la consistencia de la roca donde colocar los anclajes no tanto. Poco a poco, con algún que otro movimiento acrobático y un poco de batería menos en el taladro la escalada iba tomando forma. La naturaleza llama y con Pascu ya anclado es hora de dar el relevo a Sancha, para que sea este el que continúe con el aseguramiento.
La roca no cambia y el siguiente tramo pondrá a Pascu en algún que otro aprieto para encontrar algún sitio donde colocar los anclajes, pero se acabará consiguiendo.
Una vez terminado el primer tramo de escalada toca relevo, Pascu se cambia por Cristian y Cámara releva a sancha, de tal forma que este pueda dibujar la topo a la vez que se termina de realizar la escalada.
Poco antes de continuar con la escalada ha llegado la hora de escuchar, silencio absoluto a ver si se oye a nuestro amigos belgas, pero nada, así que seguimos trabajando. La cosa no cambia y continuamos con una travesía lateral en la cual los pies desaparecen casi solo con mirarlos, pero el paso firme de Cristian y alguna mano a la espalda para equilibrar de Cámara y ya estamos ante los dos últimos resaltes que superar. Llega nuestra hora de dar ruido y después de unos cuantos gritos y silbatos, seguimos sin obtener respuesta.
 ¿Habrán conectado ya y por eso no han venido a esta zona?, ¿no se habrá conectado por ningún sitio? La verdad sea dicha, las dudas no existían , sabíamos que si no estaban aquí era por estar celebrando en otro lugar.
Poco después y con los últimos resaltes ya superados Cristian nos da la noticia de que, efectivamente, y tal y como imaginaba Miguel, en lo alto de esta escalada se encontraba un pequeño pozo que hacia de bypass.
Material agotado, topo lanzada y ya descendiendo hacia el vivac, donde habíamos quedado con nuestro compañeros, escuchamos la voz inconfundible de Gabri, “¡¡¡¡¡CONEXIOOOONNNN!!!!!”.
Otra conexión se había conseguido en el Sistema Alto del Tejuelo, esta especialmente importante por lo logrado, no solo por el desarrollo total, sino por el lugar donde se hizo. Esa cueva de “hormigas”, donde como me dijo Miguel, se comenzó explorar algo así como hace 28 años, en donde tanta gente ha trabajado tan duro y en donde nunca se han rendido, sabiendo que este objetivo era posible. Y digo objetivo, porque decir meta sería como decir llegar al final, y a este sistema todavía le queda mucho con los que deleitarnos, tanto en kilómetros, como en vivencias y compañeros.

Texto: Álvaro Camara

Fotos: Álvaro Camara, Gabri y Albo


viernes, 22 de marzo de 2024

LOS FIDEOS DE HORMIGAS

Todo comienza un viernes por la noche de finales, muy finales, de 2023.
Nos juntamos en el albergue de Calseca varios miembros del Colectivo Alto del Tejuelo y comenzamos a contar cantidades ingentes de cuerda, al tiempo que preparamos anclajes y demás instrumentos para la orquesta.
Vamos a cambiar la cuerda y a equipar el acceso a una galería de Hormigas para un próximo evento que esperamos que culmine en acontecimiento especial, único e irrepetible.
El sábado por la mañana, con todo listo, subimos al collado de Bustablado para comenzar a bajar ese precioso, salvaje e insólito lugar llamado Canal del Haya. Enseguida llegamos a la escarpada dolina llena de vegetación que esconde la torca que nos ocupa. Nos comemos una galleta elfica cortesía de Lagar y Judit, como otras tantas cosas, y comenzamos.
Pasamanos para sortear la dolina y llegar al primer P10, sencillo, con un desviador y un fraccionamiento. Con luz de calle llegamos a una primera y pequeña repisa. Continuamos, comenzamos el P60, cabecera en "Y",vamos bajando al mismo tiempo que avanzamos por un meandro para llegar a la vertical, otra "Y", el pozo comienza a abrirse, no como los mosquetones que o no se abren o se parten. La cuerda antigua es intratable, áspera, gorda, dura, pesada, es como manejar alambre de 10 mm. No nos queda más remedio que ir cortándola para luego llenarnos las sacas de fideos.
Desviador, fraccionamiento, un péndulo, otro péndulo... Y finalmente llegamos a la base del pozo donde almorzamos, descansamos y continuamos.
Un pequeño resalte de 4 metros da paso al siguiente P40 con pequeños pendulitos que nos llevan al gran péndulo, con viaje espacial incluido para llegar a una repisa de bloques. Encontramos un pasamanos, un puente tibetano para sortear un meandro desfondado, otro pasamanos y llegamos al último P50, con un inicio estrecho pero que se va abriendo en la fiesta de los desviadores hasta que llegamos al suelo.
Una gran sala con curiosos techos, impresionantes chimeneas y bonitas formaciones. Instalamos un pasamanos para bordear un pequeño megalito y visitar el vivac y nido de material. Continuamos con la obra, un estrecho P10 seguido de un resalte, repisa de barro y bloques y P30, último pozo para llegar a la galería Desmán, zona caliente para el futuro inmediato del Sistema. Todo instalado hasta este punto así que comenzamos a llenar las sacas de fideos y a salir de la torca con la satisfacción de un trabajo terminado.
Reencuentro, ya en la calle, con el famoso viento sur de la zona que nos da bandazos en la nocturnidad de la noche y nos recuerda el popular video de los borrachos del viento.
Pizza, vino y bombones para terminar el día.
Y x último recuento de material o más bien chatarra el día siguiente y nos despedimos hasta la próxima.

Participantes: Judit Lagar Endika Shaila Arturo y Afri
Texto: Afri
Fotos: Afri