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lunes, 1 de octubre de 2012

2012-10-01 ESCALADA Y A CORRER


Lunes 1 de octubre 2012

Asistentes: David García, David Guzmán y Roberto Coves

Tres semanas habían pasado desde que encontramos Galería Proteus, tres semanas intranquilo, necesitaba volver cuanto antes. Las posibilidades de continuación en cualquiera de las incógnitas que encontramos hacía volar mi imaginación noche tras noche, todo aquello había perturbado mi mente de forma irreversible.

Era el primer día de la campaña de exploración, una campaña de 7 días en dos lugares distintos: Sierra de Arkamo y el Sistema Alto del Tejuelo, empezando por el primero de ellos. Subimos con dos furgonetas por la pista que arranca desde Guinea, D. Guzmán por un lado (ya que tenía horario de vuelta) y D. García y R. Coves en el segundo vehículo.



 Una vez en el interior de Alto Coronas I, nos dirigimos primero a Sala Duna, donde reinstalamos el pozo que da acceso a la misma, aliviado, comprobé que aun con la lluvia de días recientes seguíamos sin ver rastro de agua sobre el suelo arcilloso. En la Galería Proteus habíamos dejado muchas incógnitas pendientes de revisión, todos ellas muy interesantes, pero a la hora de decidir por dónde empezar lo tenía muy claro: un tubo freático de cinco metros de diámetro, al final de Galería Proteus, que además se encontraba sobre el eje principal de la cavidad, tenía muy buena pinta.
 
Una escalada de quince metros, un pasamos de seis metros y una gran lengua de barro no fueron rivales para nuestras expectativas, insisto, aquello tenía una aspecto brutal. Pero después de cuatro horas y media comprobamos que andábamos muy equivocados, sobre todo por las expectativas que habíamos depositado en aquella escalada.

La realidad era mucho mejor, encontramos:

  • Una galería principal de altura de veinte metros, por ocho metros de anchura.
  • Un río independiente al que estamos explorando.
  • Un precioso tubo freático, acompañado de un gran puente de roca.
  • Una ventana negra colgada a seis metros del suelo.
  • Una galería con corriente aire, desfondes y continuidad.
  • Un ensanchamiento de la galería principal aún sin revisar.


¡Brutal! ¡Aquello era brutal! Tras tranquilizarnos, más o menos, empezamos a topografiar desde la cabecera del pozo que conduce al meandro del nuevo río hasta la escalada.

Al igual que la anterior entrada a la sima podemos decir que ha sido muy productiva, una escalada de cuatro horas y media, ciento cincuenta metros de topo aproximadamente y nuevas incógnitas, entre ellas, un rio que posteriormente al pasar los datos, descubrimos que era independiente al que ya conocemos. En definitiva 13 horas y media de gratificante actividad, sino hubiera sido por las toneladas y toneladas y toneladas de barro que sacamos, adherido a todo nuestro material de exploración.


Por: Roberto Coves Agulló